domingo, 27 de enero de 2008

Santoña en fotos






















































Santoña , dedicado a Joan deu Peiroton

Santoña es un municipio que se encuentra en la zona oriental de Cantabria (España), concretamente en la comarca de Trasmiera, y situada en la bahía de su nombre, al pie del monte Buciero. Dista unos 48 kilómetros de la capital, Santander.

El municipio está rodeado casi en su totalidad por el Mar Cantábrico, por ello limita al norte por la playa de Berria, al sur por la playa de San Martín, al este por el monte Buciero con los municipios de Noja y Argoños, y al oeste por el puerto pesquero y la nueva sección de puerto deportivo que a su vez tiene al oeste las marismas.

Orografía



El monte Buciero se eleva a unos 400 metros. Ocupa una superficie mayor que la mitad del total del municipio. En tiempos pasados sus laderas estaban roturadas con terrazas que se aprovechaban para el cultivo. En época actual su vegetación es de sotobosque y matorral, con laureles, endrinos, avellanos, tejos y madroños. La base del monte por el lado que da al mar está configurada por una costa irregular y sinuosa que ofrece un gran acantilado. Rodeando el monte por su lado sur se encuentra la playa de San Martín, que es la entrada a la bahía. Frontero a esta playa aparece un arenal llamado El Puntal, perteneciente a la localidad de Laredo. Con la playa de San Martín comienza la ciudad por la parte sur.


Playa de Berria vista desde el este con Argoños al fondo a la izquierda y Noja al fondo a la derecha.La playa de Berria se encuentra en el norte de Santoña. Se formó por los arrastres que depositaron dos corrientes de mar de dirección contraria, N-S y S-N. Santoña era en la antigüedad casi una isla y sus aguas vertían por esta parte de la playa, pero se colmató la salida del agua por la acción de los vientos, formando un banco de arena y una línea de dunas con vegetación que fueron impidiendo el desagüe hacia el mar norte y formaron así un istmo, que son las actuales marismas. Parece ser que el canal que atraviesa las marismas llamado Canal de Boó, era el que efectuaba dicho desagüe. Las marismas son de un gran valor ecológico, reserva natural y zona protegida. Abarcan 3.500 hectáreas en las que están comprendidas una parte de Noja, Colindres y Limpias, además de la gran extensión de la propia Santoña.

En el límite oeste del municipio se encuentra otro monte llamado el Brusco, de una altitud de 250 metros y hacia el Sur oeste el monte Montehano, ya en el municipio de Escalante, donde está el Convento San Sebastián de Hano. En este convento están sepultados los restos de Bárbara Blomberg, madre de Juan de Austria.






Santoña vista desde las marismas.Se sabe que hubo asentamientos en el Paleolítico y en el Mesolítico. En el monte Buciero se han encontrado yacimientos que se han catalogado como del periodo Magdaleniense Superior y Epipaleolítico. Se han encontrado vestigios en la cueva de San Carlos, La Horca del Fraile, la Fragua, la Higuera y otras. La Universidad de Cantabria tiene establecido un programa de prospección arqueológica por la zona.

La romanización fue muy importante en todo el territorio. Los romanos siguieron aquí la misma táctica que en el resto de la península: trazar calzadas y establecer puertos comerciales marítimos como el de Portus Vereasueca, Portus Blendium y Portus Victoriae Iuliobriguensium. Este último se cree que pueda ser o bien la ciudad de Santander o tal vez Santoña. Lo que sí es cierto es que entre los siglos I y IV existía en el lugar ocupado por Santoña un puerto romano situado estratégicamente para el comercio con el sur de la Galia. La arqueología ha dado bastantes datos al respecto. Se cree que estaba ubicado donde se encuentra hoy la iglesia románica de Santa María del Puerto.[1] Entre otros objetos interesantes se han encontrado anzuelos romanos hechos en hierro y en bronce. Había una actividad pesquera muy importante así como la recolección de moluscos que se exportarían a lugares del interior.

En el siglo VIII con el reinado de Alfonso I de Asturias hubo un auge de repoblación. Así se cuenta en la Crónica de Alfonso III. La repoblación en la Alta Edad Media se hacía a partir de los monasterios y uno de los más antiguos fue el de Santa María del Puerto que dio origen real a la villa de Santoña en el siglo IX. La población de la villa siguió los mismos avatares que la vida del monasterio hasta el siglo XV en que su poder había ya disminuido. Entra entonces en la historia de Santoña el predominio de la nobleza en las familias de Haro, Salazar, La Verde, etc. Son los que dominan el gobierno del Concejo.

En el siglo XV ya hay asentadas en Santoña familias de marinos que comercian con Francia y Flandes, como la familia del Hoyo, que tenía su clientela en Brujas. De una de estas ilustres familias que habitaba en el barrio llamado de La Cosa procedía el navegante Juan de La Cosa, geógrafo y patrón de la carabela Santa María.

Santoña adquiere una gran importancia en el siglo XV-XVI con el descubrimiento de América, cuando Juan de la Cosa fue contratado por Colón para formar parte de su expedición. Después y a lo largo de los años la disposición de la bahía favoreció el comercio de cabotaje y las relaciones comerciales. La villa era conocida como Puerto. Según describe Pascual Madoz, en los años 1844 y 1845 se registraron en la Aduana unas mil entradas y salidas de buques con productos procedentes de distintos puntos geográficos. Pero con el incremento del tonelaje y el calado de los buques más modernos, el puerto se volvió inadecuado, cediendo su importancia a otras grandes bahías como la de Santander y Bilbao. De esta forma el ritmo comercial se vio disminuido a principio del siglo XX y a lo largo de todo este siglo.

Santoña no quedó al margen durante la Guerra Civil la cual afectó profundamente a la localidad, que fue escenario de un hecho que llegaría a alcanzar gran trascendencia política e ideológica, se trata de la rendición de los batallones nacionalistas vascos en el denominado pacto de Santoña (1937). Este hecho ha permanecido durante mucho tiempo en silencio por ambas partes. Los republicanos no querían reconocer la traición de parte de sus tropas y los franquistas se resistían a admitir que una fuerza extranjera actuaba de manera autónoma y se permitía establecer negociaciones con el enemigo a sus espaldas. Pasado el tiempo ha llegado a alcanzar gran trascendencia política e ideológica en España, siendo muy polémico al señalarlo unos como una traición del Partido Nacionalista Vasco a la República y ser justificado por otros.

Después de la Guerra Civil, Santoña y su industria se recuperaron. En los años 70 la flota contaba con alrededor de 600 embarcaciones y operaban 43 empresas conserveras. Sin embargo, esta industria depende de un factor tan variable como el volumen de capturas y, después de varias temporadas especialmente buenas se produjo un desplome inusual en las décadas siguientes que redujo el número de conserveras hasta 29 en el año 1998, que aún así seguían representando casi la mitad del total regional.[2]


Antigua fábrica de anchoas.Santoña es tradicionalmente una villa marinera y ha basado su economía en la pesca y sus sectores derivados y así siguió después de que los grandes barcos mercantes desaparecieran de su puerto. Al amparo de la pesca empezaron a aflorar las industrias conserveras que dieron vida a la villa y que en la actualidad son una parte muy importante de la economía. Las primeras fábricas de conserva fueron abiertas por empresarios italianos. La materia prima era la anchoa; los italianos tenían una gran tradición en la conserva de este pescado, pero la especie que se da en el Mediterráneo no es tan buena como la capturada en aguas del Cantábrico y ésta fue la razón de que muchos de ellos inmigraran a la villa de Santoña.

Fueron los italianos quienes enseñaron a los santoñeses la técnica en el preparado, la salazón y la soba de la anchoa (o bocarte, como se le llama en esta tierra). En los años 70 y 80 del siglo XX hubo un pequeño paréntesis en esta industria, pero después comenzó otra vez a estar en auge y en los primeros años del siglo XXI han proliferado las grandes y pequeñas fábricas de conserva.

Lugares de interés

Santa María del Puerto - Casa-palacio de los marqueses de Chiloeches - Palacio de los marqueses de Manzanedo y duques de Santoña - Los fuertes - El penal del Dueso y El monumento de Juan de la Cosa.